domingo, 25 de noviembre de 2007

Desde Tijuana

Al igual que Lizbeth, yo también tuve la suerte de vivir cosas extraordinarias en el encuentro. En Petlalcingo nos recibió Donají, una mujer que tenía todas nuestras actividades dispuestas, y que también fue muy honesta con nosotras, pues nos dijo que no podríamos hacer nada el domingo porque era un día de elecciones y se podía tomar como proselitismo. Además mi anfitriona nos recibió a cuatro de nosotras y siempre fue una persona cariñosa y amable, al igual que toda su familia. Algunas de mis compañeras en este viaje se convirtieron en mis amigas y eso me dio mucho gusto.
Sin embargo sí me molesté cuando supe lo de mis compañeras en Tonalá. Me pareció muy grave y más cuando no vi una reacción más firme para esta situación por parte de Emilio. No quiero decir que haya sido desagradable o que no la haya tomado en cuenta, pero sí no fue la más adecuada.
Personalmente le comenté a Emilio en una sesión de trabajo que se podrían enviar personas antes de la llegada de nosotras para supervisar que los pueblos en verdad nos esperaran y tuvieran asignadas ciertas actividades. Espero que lo tome en cuenta, aún cuando sé que no hay un personal con sueldo para hacer esto, algunos de los colaboradores al menos podrían hablar por teléfono o quizá sí se animen a ir hasta esos lugares y asegurarse que todo esté coordinado.
Con respecto a la antología a mi sí me entristeció que no fuera lo que muchas habíamos pensado, sobre todo porque yo me he dedicado al trabajo de edición y sé que se pueden hacer cosas mejores con poco presupuesto. Aquí cabría decir que muchas de nosotras que tenemos experiencia en ese ámbito, hubiéramos podido echar la mano de manera gratuita si no había nadie que hiciera corrección o supervisara.
Por otro lado, sí hubiera sido mejor que nos hubieran dicho que gastaríamos en el transporte local en el pueblo, porque a pesar que se suponía que los anfitriones debían llevarnos de un lugar a otro, los míos trabajaban y les era imposible hacerlo siempre, y bueno no teníamos contemplado ese gasto, no fue mucho, pero sí algo que no estaba en nuestros planes. Aclaro que cuando tuvieron tiempo, mis anfitriones siempre estuvieron dispuestos a trasladarnos a donde requeríamos ir. Y debo decir que una vez sí me sentí un tanto desorientada cuando fuimos en taxi a una cena e Huajolotitlán, tres compañeras más y yo. Para llegar a la casa donde ofrecieron los alimentos había un pequeño camino de terracería un tanto oscuro. La llegada como quiera la hicimos en el taxi, pero a la salida le pregunté a Emilio que si podía conseguir a alguien para que nos acercara a una calle donde pudieramos tomar un taxi a Huajapan y me contestó que nosotras buscáramos quien nos llevara, y la verdad eso sí me hizo sentir un poco mal. Sí conseguimos, pero hubiera sido más amable de su parte haber hecho algo por nosotras o intentado hacerlo, no sé.
Finalmente el asunto de los camiones un día antes de salir sí me causó sorpresa, afortunadamente se resolvió en ese mismo instante, pero sí me imaginé la incomodidad de viajar todas apretadas o con gente parada en un sólo autobús.
Creo que se pueden mejorar estos aspectos:
1. Tener más cuidado con las poetas que a veces no sabemos cómo movernos en algún lugar, cuando menos instrucciones más precisas de direcciones y cerciorarse de que todas vayan en transportes seguros.
2. No invitar a más poetas de las que se pueda hospedar o transportar de un lugar a otro. Si no se quieren quejas sobre lo que se gasta en taxis de un lugar a otro, realizar todas las actividades dentro de un mismo perímetro, desde las comidas, cenas y lecturas.
3. Convocar a alguna de las participantes para que se haga cargo de la edición. Con gusto habrá alguien que quiera hacerlo. Yo misma se lo propuse a Emilio en el hotel el 15 de noviembre.
4. Organizar brigadas de personas que se aseguren de que en los pueblos ya todo está listo para recibirnos con una agenda de actividades más o menos precisa. Además llamar a los pueblos el día que se supone debemos llegar para que pregunte si estamos bien o pasa algo.
5. Que se obtenga el apoyo de un servicio médico gratuito por si alguna se enferma, se accidenta o qué sé yo.
Y bueno ya diré más si se me ocurren otras cosas.
Por lo demás gracias a todas por su amistad, comentarios y sus letras.
Karla Martínez

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