martes, 27 de noviembre de 2007

XV Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes: El fracaso de una propuesta y una estafa en sentido múltiple

Buenos Aires 27 de Noviembre de 2007



Gabriela Pais – Buenos Aires, Argentina-

En primer lugar quiero hacerme eco de las múltiples voces que se animaron y se animan a manifestarse, ya sea en forma de relato o de denuncia, anónima o firmada por los hechos acaecidos en el XV Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de la Mixteca, encuentro en el que participé este año.

Intentaré hacer un análisis lo más completo posible de un fenómeno complejo, como es el mencionado encuentro, donde se despliegan una multiplicidad de variables a tener en cuenta, de modo que poner categorías de absoluto bien / mal no corresponde ya que más que aclarar confunde, banaliza y oculta los fines viles de su organización. Incorporaré algunos apuntes sobre lo que podría ser un estudio de a cultura popular en la Mixteca y los fenómenos de intercambios culturales, sólo a los efectos de que sean de alguna utilidad a la hora del replanteo, que, a mi juicio deben hacerse los organizadores de un proyecto tan prometedor como insustancial.

Creo que hay que tener en cuenta las dos caras de la experiencia, hacer balances y modificaciones, sopesar las variables que se irán completando con los testimonios de las colegas que se animen a expresarse y hacer modificaciones, en primer lugar desde la logística y la organización y, en segundo lugar, aunque no menos importante permitir el replanteo de los objetivos que el encuentro propone, siempre y cuando los organizadores abran estos espacios de debate y discusión en las sesiones de trabajo. En la medida en que estos espacios, con que el encuentro cuenta, sirvan solamente para alimentar el pensamiento de la positividad generalizada, donde todo es lindo y bueno, donde ni la poesía, ni el estudio de las culturas, ni los intercambios culturales son fructíferos ya que no se debate nada y lo que se busca permanentemente es anular la expresión por cualquiera de los mecanismos ya harto conocidos de sistemas de control, lo que se logra es la clausura y el retroceso no sólo del proyecto sino del pensamiento.

Si el objetivo del Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de la Nubes es acercar las distintas manifestaciones poéticas a las comunidades de la Mixteca, y producir el intercambio intercultural entre expresiones, concepciones de mundo, sensibilidades, etc. de plano creo que el encuentro, en esta oportunidad fracasó.

Este año, quizás en un proceso que venía gestándose en encuentros anteriores y encuentre se cauce ahora, se puso en evidencia claramente el costado más oscuro del encuentro, y sea el momento de hacer converger las variables para no ser cómplices de ciertos manejos fraudulentos, a los efectos de que las autoridades mexicanas investiguen. No es esa nuestra tarea, quizás con estas denuncias, con estos análisis y comentarios sólo pongamos los hechos delante de los ojos de las futuras participantes para sepan exactamente a qué van a la Mixteca y ya será responsabilidad de cada una querer o no participar de encuentros de estas características.




1.1 El fracaso de la propuesta.

La historia ya probó de sobra que cuando el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, es impuesto, sólo logra sembrar aversiones. La tarea del escritor no es producir escritores en masa, y mucho menos apoyar la idea de que cualquier manifestación creativa, en la democractadura de que todo es arte y poesía, es verdaderamente arte y poesía. Si fuera así nos estaríamos engañando a nosotros mismos y lo que es peor, engañando a los que nos escuchan y creen en nosotros.
En la gacetilla de prensa aparecida el 16 de noviembre en la web, se resume muy bien cuáles son las características el Encuentro: “El Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, se lleva a cabo desde hace quince años, bajo la dirección de Emilio Fuego. Todos los noviembres desde 1993, mujeres de distintos países que tengan producción en idioma español y pasan por la serie de requisitos solicitados por el comité, llegan a México para después ser trasladadas a Oaxaca (no a Huajalpan, no se aclara jamás en la convocatoria), con el fin de llevar a cabo recitales y talleres en diversas comunidades de la región. Son alojadas en las casas de la gente de la entidad, que les otorga su hospitalidad, alimentos y algunas veces el traslado a las actividades que estas realizan. Como punto final, algunos de sus poemas son publicados en una antología que lleva el nombre del encuentro y que se presenta en una lectura que tiene lugar en Bellas Artes”.
Uno de los objetivos del encuentro, propuestos en la convocatoria, era llegar a las escuelas y leer o participar en talleres, en supuestas actividades programadas por los gobiernos de las comunidades convocadas a participar del Encuentro, acercar la poesía a las comunidades, es una idea atractiva, cuando se supone que hay un trabajo serio de acercamiento, un trabajo que también se supone sostenido a lo largo de todos los años que se lleva a cabo el encuentro. Pero la cosa es muy distinta cuando uno llega a las comunidades asignadas y se da cuenta que la organización de este mega proyecto sólo se sostiene en improvisaciones, los anfitriones no saben qué hacer con nosotras, en algunos lugares no tienen conocimiento de nuestra llegada, en otros saben que vamos y se improvisan actividades, reuniones y fiestas en marcos más rígidos o menos rígidos, en los cuales siempre los autores están puestos por delante de la poesía o, lo que es peor, los intereses políticos se ponen por delante de la poesía, de las poetas y de la propia generosidad de la gente de las comunidades. Excepto en una comunidad, en el resto no hubo ningún trabajo sostenido en el tiempo más que implantaciones culturales, telones chinos, despliegue de egos y negociados turbios.

Es cierto que cada comunidad tiene su particularidad, y creo que habrá divergencias en los puntos de vista y experiencias distintas al respecto. De hecho no en todas las comunidades el panorama era tan desolador como en la que nos tocó a nosotras, pero por la evaluación que se hizo en la primera sesión de trabajo éramos más las puestas a improvisar que las que tenían un programa de actividades pautado y sostenido. Dado que no conozco todas las realidades y sería muy desafortunado de mi parte hacer referencia a las experiencias que nuestras compañeras contaron en la sesión de trabajo, les tocará a ellas contar a experiencia, sólo me remitiré a la situación que me tocó vivir a mí y mis colegas en la comunidad asignada: Tequitepec.

Un grupo de cinco poetas fuimos a esta región, se trata de un pueblo que queda a 45 minutos de la ciudad de Huajuapan, la comunidad cuenta con 700 habitantes, un pueblo fantasma donde el promedio de vida de la población es de 45 años y en su mayoría son campesinos, artesanos y ancianos. En este contexto la variable predominante es que la gente se vaya al cementerio o a encontrar fuentes de trabajo y estudio a otras ciudades, de modo que en principio nos parece pertinente barajar la hipótesis de la llegada como un hecho de suma importancia, donde la importancia no radica en qué llega, sino en llegar, simplemente.

Allí no había habido ningún trabajo previo con el material poético, ni por parte de los maestros, ni por parte de las autoridades, siendo que otros años este pueblo participó del encuentro y otras poetas lo visitaron anteriormente. Sólo había dos actividades institucionales programadas, una era una lectura de una hora en la escuela primaria y otra hora estaba destinada a visitar la escuela secundaria. La siguiente actividad era participar de una cena en la casa de una familia del pueblo y, por último, una reunión con las artesanas en el Palacio Municipal.

Al llegar allí lo que se nos dice es que no era una lectura sino una especie de taller donde lo importante o más bien lo que se esperaba de nosotras era que convenciéramos a los niños de que no se fueran del pueblo, cuando la misma persona que nos da la consigna mantiene bajo llave el único acceso a Internet, el único acceso a la biblioteca. En la convocatoria se nos informó que teníamos que participar de talleres, de manera que eso no era lo extraño, pero sacar de la galera argumentos para convencer a los niños de que no se fueran del pueblo era otra cosa y el trabajo real y genuino con la poesía comenzaba a diluirse. Además, cuando uno ve que allí los habitantes carecen de comunicación, de bibliotecas, de lugares de socialización, donde la única distensión y punto de encuentro es el bar del almacén, donde los jóvenes se emborrachan, mientras las mujeres limpian a casa, tejen artesanías y cocinan.

Si el discurso politizado ya había dado indicios en el discurso de inauguración en la ciudad de Huajuapan, a cargo de Emilio Fuego, ahora se volvía más claro con la aclaración de la consigna y comenzaba a desplegarse una atmósfera donde la poesía no tenía cabida. Una especie de evangelización o colonización, una invasión premeditada y la consecuente imposición de formas de sensibilidades distintas para la que los receptores no estaban preparados en modo alguno. La llegada, en este caso, ya no se percibía como el acontecimiento importante, y nuestra hipótesis también empezaba a diluirse a cobrar otro matiz, a teñirse de una fuerte connotación política.

A priori uno se da cuenta que es imposible hacer algo serio en una hora, más que improvisar una actividad para que los chicos se suelten. La característica áulica es muy diferente a la que manejamos nosotras, se trata de aulas donde conviven los niños que están en proceso de alfabetización y los que están terminando su escolarización primaria. Estas características no son menores y deberían ser anunciadas por los organizadores, creo que después de 15 años de hacer el mismo encuentro, deberían saber que es imposible hacer un trabajo productivo en una hora, careciendo totalmente de información al respecto y que esto es fundamental cuando la consigna es “dar”, pero dar qué, arte, talleres o discursos políticos? Cualquier manual de pedagogía avala el conocimiento previo del campo donde se va a trabajar y tendría algún sentido si el trabajo tiene, por lo menos una continuidad en el tiempo, o, en su defecto, se dispone del tiempo suficiente para trabajar, de conocernos y de intercambiar sensibilidades y experiencias tanto con los maestros como con los chicos. En una hora es imposible. Sumada a esta dificultad, el hecho de juntar a cinco poetas que no se conocen en absoluto, que no sabemos cómo trabaja una y la otra, con realidades culturales diferentes, con realidades áulicas diferentes, etc. hace que el trabajo no sea genuino ni productivo en el campo, claro que como experiencia personal es maravillosa, se crean inmediatos lazos de solidaridad, de complicidad y seguramente encontremos en muchas de ellas amigas que ojalá nos duren ara toda la vida, pero de trabajo con la poesía nada. Más bien se trata de desarrollar nuestra capacidad creativa para sacar las papas del fuego, cumplir formalmente la actividad e irnos lo más rápido posible. Una actividad que puede ser muy productiva se transforma en un mero escenario, en la programación de una actividad que no sirve para nada, y pone de manifiesto el poco o ningún interés que los organizadores tienen por el trabajo con la poesía.

Este punto fue planteado en la única sesión de trabajo a que me ví comprometida a asistir, ya que a esta altura ninguno de los puntos que se detallan a continuación se cumplieron, donde se contrargumentaba sobre la productividad del trabajo, más propio de una ONG que de un grupo de poetas. Saber de poesía, escribir poesía no significa hacer cualquier cosa por encontrar lectores u oídos para nuestros escritos. Tampoco significa que podamos enseñar a escribir poesía, ni tenemos por qué hacerlo en el margen de una hora, sin las herramientas básicas de conocimiento de campo que nos permita hacer una actividad o un acercamiento que roce la dignidad.

Muchas de nosotras somos docentes, pero una cosa no implica la otra, es decir, escribir poesía no es garantía de que podamos enseñar y viceversa y mucho menos cuando la realidad áulica es tan diferente a la que manejamos en nuestros lugares de origen. Siendo extraña aún para las poetas mexicanas. Tampoco en la consigna se pide tener conocimientos de herramientas didácticas para trabajar en esta característica de aula.

Si sostenemos la hipótesis de que en un contexto donde la gente se va, entonces el acento está puesto en otro fenómeno que es la llegada, es de esperar, sin hacer grandes esfuerzos intelectuales, que no se recuerde nada del trabajo poético y qué sí se recuerde que fulano o sultana llegó al pueblo. No nos engañemos, en un lugar donde la llegada es lo importante porque todo se va, no importa si lo que llega es un payaso, un poeta o algo con forma humana, el acontecimiento está allí, en la llegada, no creo que el trabajo poético siembre ninguna semilla. Sería azaroso y una mentira reconfortante a nosotros mismos, un alimento al ego innecesario, es un trabajo que la poesía hace por sí misma, en sus propios tiempos, aún cunado los libros pierdan la página de derechos y el nombre del autor se lo lleve el viento.
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Otros contingentes evangelizadores de la orden de Emilio Fuego ya estuvieron en Tequistepec y la gente no recordaba con cariño aquellas estancias, más bien el sentimiento que se percibía era de fastidio y de imposición. Perfectamente comprensibles ambos cuando uno está allí, cuando los alumnos son sometidos a la imposición de una sensibilidad para la cual hay que preparar el intelecto, de lo contrario el arte no acontece, o se pierde la piedra fundamental de la manifestación artística que, como dijo Aristóteles es la primera forma de conocimiento, aquel que se adelanta a la época y la filosofía. No se trata de pensar la poesía de manera elitista y creer que la poesía es sólo erudita, la poesía popular y casi todas las manifestaciones de la poesía erudita, ya sea, erótica, pornográfica, vivencial, testimonial, etc. llevan en su fibra lo universal humano que trasciende la simbología cultural, se trata de sensibilidades diferentes y maneras muy diferentes e mirar el mundo, puestas al encuentro. Un movimiento de ida y vuelta, donde el rechazo, la aceptación y el entendimiento ocurre en los dos sentidos: desde nosotros a la comunidad y viceversa. Este movimiento siempre es forzado y dificultoso cuando opera el factor sorpresa y queda clausurado cuando se produce por imposición, sobre todo cuando lo que se están poniendo en juego son formas culturales, usos costumbres y diferentes manifestaciones del arte, en nuestro caso, diferentes expresiones poéticas. Imponer mirar al mundo desde la pornografía, por ejemplo, y hallar pensamiento y belleza allí en un contexto donde permanecen vigentes las formas más ortodoxas y tradicionales de la concepción del mundo occidental, donde la iglesia mantiene un poder enorme y la sola presencia del cura en un escenario basta para que la gente se acerque a escuchar poesía, parecería una empresa infructuosa y lo es si no hay una preparación previa para hacerlo.

También se vio en la Preparatoria, en la ciudad de Huajuapan, donde los alumnos estaban obligados a escuchar a unas treinta poetas, dos rondas donde cada una leía un poema. Sostener la atención durante dos horas se nos hace difícil a las propias poetas, máxime cuando no hay el menor interés por la poesía; los chicos buscaron vías alternativas para soportar la tortura y, algunos, los que contaban con ese medio de evasión se conectaron a sus MP3. Algo similar ocurrió en la Universidad Tecnológica de la Mixteca, que hasta el rector cabeceaba de aburrimiento y entre poema y poema y poema se echaba su sueñito Para resumir, contextos en los que no había el menor interés por la poesía, contextos en los que se mueven sensibilidades diferentes, encorsetando el encuentro en formas rígidas y estereotipadas para no producir ningún encuentro, sino más bien un profundo desencuentro.

Si nos trasladamos de los contextos institucionales a los contextos cotidianos, a la fiesta popular, la cosa cambia en algún sentido fundamentalmente porque la relación se invierte y son ellos, el pueblo el que se manifiesta en códigos conocidos y participan, con la inmensa generosidad de hacernos partícipes a las poetas, del despliegue de sus cantos, costumbres, etc. No se trata entonces de que nos armen una fiesta de bienvenida sino de abrir el espacio, donde sí creo que la poesía urbana puede hallar un resquicio y filtrarse o mixturarse con otras formas, no menos poéticas y maravillosas de la cultura popular. Para entender este punto quizás me tendría que remitir a la obra de Rodolfo Kush donde estudia exhaustivamente estas cuestiones y otras como el advenimiento del pensamiento mágico en el seno de la cultura popular, que nosotras traducíamos como “surrealismo mágico”.

La sensibilidad popular se manifiesta en la distensión y en la fiesta y lo maravilloso no es ir a imponerles la sensibilidad urbana a la fuerza. Sin dudas, cuando estas formas de expresión encuentran su cauce, el encuentro de formas de sensibilidades diferentes permite cierta forma de intercambio y, en consecuencia el enriquecimiento es mutuo. Cuando una forma artística se impone a los palos genera el efecto contrario, sucede cuando es al revés también, por muy preparados que estemos en materia erudita pero desconociendo en absoluto los códigos de cualquier manifestación popular lo primero que surge es el rechazo y la comparación especular con nuestras propias formas de mirar el mundo, máxime si se vive como un modo de dominación y de discriminación hacia la manifestación otra que nos invade. Puestas en situaciones de rigidez, de formalidades da la impresión de que lo que nosotras tenemos ofrecer fuese mejor, más erudito y de más calidad que la poesía popular que llega por medio de las canciones, por ejemplo. Si el ego nos gana y pensamos la experiencia así, creo que nos equivocamos de cabo a rabo y entonces tendríamos que hablar del éxito de la propuesta simplemente como fenómeno de alimento de egos individuales, esto tampoco le hace bien a la poesía. No quiero explayarme más en el tema, ya Michael Foucault habló mucho al respecto como para volver a él, así también lo ha hecho gran parte de la bibliografía sobre las manifestaciones de la cultura popular, registro que ninguna de nosotras maneja como para que un intercambio intercultural se produzca en contextos rígidos, esto más bien pone de manifiesto el profundo desconocimiento sobre la materia de quienes se jactan de haber organizado un encuentro durante 15 años. Un punto importantísimo a tener en cuenta para próximos encuentros.

Sin dudas es más lo que nos llevamos que lo que dejamos y lamento con esto lastimar los egos de quienes creen que la cosa es al revés. En todo caso no somos nosotras quienes estamos en condición de decir cuánto dejamos en las comunidades, ojalá podamos entablar un diálogo sincero, alguna vez, con quienes nos escucharon para evaluar la otra cara del encuentro. Mientras tanto sólo habrá especulaciones subjetivas y parcializadas. Nosotros participamos de la fiesta, nosotros integramos el quehacer de la comunidad en la vida cotidiana y allí, cuando pudimos entregamos la poesía, en caso de que la hubiera, no siempre un texto logra ser poético, por muy vertical que se escriba.

Tener que decirles a los alumnos que es poesía lo que produjeron en una hora de improvisación es mentirles descaradamente y seguramente nos recordarán cuando se enfrenten al primer lector serio que les diga “esto que escribiste es una porquería, no hay poesía allí, entonces el pobre se pregunte qué es la poesía”, esta quizás sea la pregunta que habría que instalar y el primer paso para desplegar algún interés y una ampliación en la sensibilidad sólo de quien esté interesado en bucear en las aguas del decir poético, pero nunca en formas impuestas.

Hacer algo serio, hablar de poesía, es introducirlos en una forma discursiva diferente para desplegar la sensibilidad propia, no ajena a la época, no ajena a la historia personal o colectiva, hay formas discursivas, recursos, concepciones, visiones de la realidad y formas de conocimiento que se despliegan en cada texto, en cada manifestación estética, es también poder decir con sinceridad que no todo es poesía. Esto requiere un trabajo sostenido y, principalmente, interés por parte de quienes eligen esta forma del arte para expresarse, sino la sensación, al menos en los contextos institucionales, es el de implantar una rodilla en una oreja, con la absoluta seguridad de que el implante no va a prosperar.

Volviendo a la crónica en Tequistepec, la siguiente actividad era cenar en la casa de una familia de la comunidad y leer poesía, esta era la primera actividad de intercambio, Abigaíl, nuestra anfitiona, llevaba una guitarra, de manera que iba a ser posible que ellos desplegaran su sensibilidad y nosotras integráramos la fiesta, al menos eso creí al salir del contexto institucional.

Otra forma de rigidez estaba ideada, una formalidad que no ayuda en la más mínimo a producir intercambio alguno. Cuando llegamos a la casa, se nos informa que como no había más actividades programadas durante nuestra estadía en el pueblo y en conocimiento de que nosotras íbamos a estar allá, decidieron postergar el festejo del cumpleaños de la dueña de casa y de paso recibirnos. Debemos aclarar que la casa era de unos parientes de Abigaíl. Esta reunión también había sido planeada en el marco de la obligación y del compromiso

La hipótesis de la importancia de la llegada se sigue diluyendo mientras los intereses en materia política cobran fuerza y enturbian la naturaleza del encuentro. Quizás la radicalización política que estalló en la región de la Mixteca el año pasado, ecos que se dejaron sentir este año, sea la causa más importante a tener en cuenta cuando se pretenden evaluar las causas del fracaso, hechos que dejaron en evidencia las zonas oscuras y los replanteos necesarios en cuanto a logística, objetivos, garantías implícitas de seguridad y formas de trabajo que deberán plantearse los organizadores del encuentro.

Lo llamativo de esta reunión fue que nos esperaba una larga mesa servida, a la que los hombres y algunas mujeres, que no eran dueños de casa, se mantenían a un costado y no se sentaban a comer con nosotras. Luego cuando terminamos de cenar, ellos iban, a escondidas, a comer lo que había sobrado. También se me dijo que en México esto era una costumbre, pero permítanme que abra el margen de dudas. Yo estuve dos veces en México y las dos veces me tocó compartir con el pueblo los usos y costumbres, con al gente común, en sus casas. Un atractivo irresistible para quien estudia, desde hace varios años, las manifestaciones de la cultura popular. Es verdad que los invitados comen primero pero los que comen luego no lo hacen a escondidas como ocurrió aquí y ninguno de mis amigos mexicanos confirmó esta costumbre. De modo que me permito el margen de duda acerca de si esta gente esperó ver si la comida alcanzaba para comer ellos. Ver esto en una casa de clase media o alta puede dar lugar a una lectura, pero verlo en una casa de muy escasos recursos realmente indigna.

Aún no me quedé completamente convencida de que la tradición sea así, pero seguiré investigando el tema y me retractaré en caso necesario o confirmaré mis sospechas. Este accionar lo contradice la propia actitud de Abigaíl, en su casa comíamos nosotras primero, pero luego se sentaban todos los integrantes de la casa, sin esconderse y mientras ellos comían nosotras hablábamos, intercambiábamos opiniones, nadie comía a escondidas.

La última actividad era al día siguiente, una reunión con las artesanas, el acto más abominable del encuentro, en esta comunidad. Se nos dijo que esta actividad había sido programada con un año de anticipación y por cortesía con ellas nos quedamos, cuando en realidad no había más nada que hacer en ese pueblo. La señora Abigaíl, nuestra anfitriona y señora de evidente influencia en el gobierno de la comunidad, poseedora de la llave de Palacio Municipal, dicho sea de paso, el único lugar donde hay Internet y donde está la biblioteca, ya que el pueblo no tiene más canal de comunicación que un teléfono, cuya línea se desconecta cada 20 minutos, convocó a las artesanas bajo la consigna de que “nosotras compraríamos la producción de sombreros, canastas y artesanías para ubicarlas en el mercado de nuestros países”(esto dicho textual por un grupo de artesanas que vino a consultarnos si efectivamente íbamos a comprar sus artesanías y lo confirmó luego la retirada del Palacio Municipal de otro grupo de artesanas, que al ver que no compraríamos más que sourvenilles, juntaron sus sombreros y canastas y se retiraron enojadas) .

De manera que además de estar allí para hacer una serie de presentaciones formales y politizadas, sostenidas en la improvisación, además teníamos que hacer de agentes comerciales, si esto no está en las antípodas del objetivo propuesto francamente no sé desde dónde pensarlo.

Este hecho fue expuesto en la primera sesión de trabajo y recibí como respuesta por parte del organizador que “es normal que los pueblos la gente espere vender sus artesanías”. Pero aquí no se trataba de una simple expectativa, sino de una convocatoria concreta donde mujeres, en su mayoría ancianas cargaron sus artesanías y bajaron a pie los cerros con mucho esfuerzo para ser víctimas de la misma estafa que estábamos siendo víctimas las poetas, todo en nombre de la honestidad un de encuentro que no es tal. Ya no se trataba de evaluar si el planteo de los objetivos era el adecuado y toda la abstracción que podamos hacer para un estudio de la cultura popular y los intercambios interculturales, se trataba de una convocatoria fraudulenta, de una falta total de respeto a las artesanas y a nosotras, se trataba de una manipulación deliberada en ambos sentidos, con absoluto tinte político, a favor de intereses particulares que desconocíamos, que no nos importan y a los que no adherimos de ninguna manera.

Al señor Emilio Fuego le contesto, hora por escrito, puesto que lo hice en persona en el marco de la primera sesión de trabajo, que su argumento es insustancial y no lo acepto en modo alguno.

Antes de terminar con esta primera parte, quiero recordar, dado que en la cadena de mails ya se ha dicho, que dos de nuestras compañeras tuvieron que dormir en una habitación llena de velas y veladoras de plástico sin que se les permita apagarlas porque hacía unos días había fallecido la madre de la anfitriona, poniendo en peligro sus vidas y su salud.

Una de nuestras compañeras estuvo descompuesta, producto del cansancio, de la altura, de la alimentación de alguna enfermedad viral que lo confirmarán los estudios se está realizando en New York, la mantuvo en cama prácticamente los dos días que permanecimos en Tequistepec. Aquí también tuvimos que improvisar ya que allí no hay ningún médico, los medicamentos son hierbas cuyos efectos y efectos colaterales desconocemos. Sin comunicación y sin la presencia de alguien de la organización en la estancia en las comunidades, las poetas nos las tenemos que arreglar solas, apelando a la solidaridad y la buena de dios que nos ayude. Desde ya que los estallidos de solidaridad son maravillosos y seguramente van a ser las cosas más lindas que uno recuerde del encuentro, pero me parece una irresponsabilidad por parte de los organizadores, que se supone está en el pacto implícito de aceptación de la convocatoria.

Hasta aquí he expuesto una parte de la estafa y he comenzado por acá, por considerarla la más terrible. Para que quede claro, no se trata de que los habitantes no nos ofrezcan hoteles cinco estrellas. Ninguna de las 66 poetas que participamos de encuentro esperábamos eso y también vamos a recordar con mucho amor ese despliegue de generosidad del pueblo de la Mixteca, de las comunidades y de Huajuapan. A los que dicen esto, les contesto que no es lícito hacer uso de las contradicciones que el encuentro genera. Si este argumento les sirvió para sostener 15 años el encuentro, me parece que van a tener que apelar a discursos menos controvertidos y a revisar seriamente la logística del mismo. Ojalá tengan la humildad de hacerlo y de aprender de las experiencias vividas para sentir que vale la pena.




1.2 El fracaso en términos de logística y desarrollo de encuentro

Todas sino casi todas hemos participado en diferentes encuentros y congresos, muchas de nosotras hemos organizado encuentros y congreso en nuestros países y sabemos que una convocatoria es un pacto que se hace entre los organizadores y los participantes. Existe un pacto explícito donde los organizadores plantean las características del evento, las cosas que están cubiertas, las que no, etc., pero además hay un pacto implícito donde se debe garantizar la seguridad de las participantes, es lo menos que uno supone cuando se sube a un avión y cruza la mitad del continente, o el océano o se sube a un bus para llegar al lugar de la convocatoria.

En el caso del XV Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes ninguno de los dos pactos preestablecidos se cumplió satisfactoriamente, dejando ver operaciones fraudulentas y malversación de fondos que deberían ser investigadas por la autoridades del gobierno mexicano.

Circuló por Internet una denuncia con la que acuerdo absolutamente donde se detallaban punto por punto las pautas de la convocatoria que no se habían cumplido, con el único error de no estar firmada, lo cual la vuelve endeble. Por eso y para no hacer uso de ella, voy a plantear nuevamente lo denunciado allí, hechos que habrán leído en diferentes oportunidades pero que son inevitables cuando se hace referencia a lo ocurrido en la región de la Mixteca. Quizás aquí no estén contemplados todos los puntos de la denuncia, pero me remitiré a lo que me ocurrió a mí y los casos en los cuales tengo conocimiento directo de la situación.

Cuando digo que ninguna de las cosas pautadas en la convocatoria y en la invitación que el señor Emilio Fuego emitió se habían cumplido, estoy hablando de los siguientes hechos expuestos en la primer sesión de trabajo en la Ciudad de Huajuapan frente a los organizadores y las participantes del XV Encuentro Internacional de Poetas Mujeres en el País de las Nubes, a saber.

1) En la convocatoria figura que el encuentro se hacía cargo de los gastos del traslado desde el aeropuerto al hotel Fontán. Ninguna de las poetas recibimos vales por estos gastos.

2) Se nos garantizaba hospedaje a cargo de la organización del encuentro en el Hotel Fontan a partir de las 15 hs. del día 7 de noviembre. Al incorporarnos a la hora y día mencionados, se nos comunica que el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos no les había dado a los organizadores las plazas en el hotel y que teníamos que ubicarnos en casa de amigos o familiares o en su defecto abonar la habitación a razón de $U$ 50 por cada una. Algunas poetas se pagaron el hospedaje, otras dormimos en casa de amigos, pero en ninguno de los casos los organizadores se hicieron cargo de ubicarnos. Tampoco se nos avisó por ninguna vía de comunicación de esta situación y nos enteramos en el momento de alojarnos en el hotel en la inauguración del encuentro.

3) Tampoco nos retribuyeron el monto de gastos en conceptos de taxis para trasladarnos desde el hotel o los lugares de hospedaje a los centros de las presentaciones: de inauguración en Coyoacán, y de cierre, en el Palacio de Bellas Artes.

4) A las poetas que no estábamos alojadas en el hotel Fontan, que por razones de mala organización fuimos a parar a la casa de amigos o de amigos de amigos, se nos cobró el desayuno, cuando estos servicios estaban incluidos como gastos a cargo de la organización.

5) Algunas poetas tuvieron que pagar el viaje desde la ciudad de México a la ciudad de Huajuapan a razón de 250 pesos mexicanos cuando un pasaje normal sale 172 pesos mexicanos.

6) Nueve horas de inanición en el trayecto desde la Ciudad de México a la ciudad de Huajuapan. Excepto en el ómnibus en que iba Lina Zerón donde se les ofreció agua a las poetas. Una reunión en medio del desierto en Puebla de casi dos horas donde se nos informa parcialmente algo de las actividades sin darnos jamás un programa detallado de actividades. La recepción en la ciudad de Huajuapan con un escuetísimo almuerzo. Sin informarnos, en ningún momento, que compráramos alimentos y bebidas para un trayecto tan largo.

7) La anfritriona de Tequistepec, señora Abigaíl, acusada por los propios integrantes de la comunidad de malversación de bienes públicos. Convocatorias fraudulentas a las artesanas, vigilancia y escuchas a las conversaciones de las poetas, fotografías sacadas intempestivamente sin presentación alguna en la plaza de Huajuapan mientras se llevaba a cabo la lectura, a la cara de las poetas más contestarias como un mecanismo para instalar el miedo que se hizo eco en el silencio de muchas poetas que expresaron explícitamente, manifestar su disconformidad al llegar a sus países.

8) El encuentro no contaba con un programa de actividades, de manera que su desarrollo se sostuvo en improvisaciones y en ocultamiento de la información por parte de los organizadores a los efectos de obligarnos a asistir a las reuniones de trabajo.

9) Sistema de castigos. A las poetas que fuimos a Tequistepec se nos dijo que si volvíamos a participar en el encuentro volveríamos a Tequistepec, en el marco de un doble discurso donde se nos quiso hacer creer que no hicimos bien las cosas, donde las críticas y las exposiciones no sólo no eran escuchadas sino que apelaban a conclusiones de banalización y simplificación de las situaciones: acarreos políticos prometiendo tamales, convocatoria fraudulenta a las artesanas, un secuestro en Tonalá con el antecedente de un atentado político a la familia del gobernador, etc.

10) La edición vergonzosa de una antología para la cual pagamos $U$ 100, que además de poseer errores garrafales de edición, no tiene valor legal alguno por carecer de número de registro o ISBN, ni código de barras para su comercialización.

11) Un certificado que carece de todo valor legal ya que no figura ni el nombre del organizador, ni los logos de las instituciones auspiciantes.

12) Pago del taxi desde el hotel Fontán a Bellas Artes por parte de las poetas, cuando el señor Emilio Fuego hizo uso del mismo taxi y se retiró apresuradamente sin pagar siquiera la parte que le correspondía por el uso del transporte..

13) Retraso en la hora de llegada a la ciudad de México.

14) En el instructivo se nos decía que evitáramos la ropa de invierno y que sólo lleváramos ropa liviana. Las temperaturas oscilaban de los 3°C a los 30°C. ¿Un descuido o un poeticidio?.

Lo dije en la sesión de trabajo cuando todavía se podía revertir el hacerlo público, la invitación que yo tengo dice Emilio Fuego, el organizado del encuentro es él, de manera que es el responsable de quien no hemos recibido ni siquiera una disculpa.

Espero que todo lo se denuncie sea tomado en consideración por las autoridades mexicanas que han dado su apoyo como el caso de la CONACULTA y del INBA, a quienes les haremos llegar copias para que se investigue lo expuesto por la vía que corresponde.

Estas denuncias no son “acciones difamatorias contra Emilio Fuego”, nada de eso, son las vivencias de quienes participamos, voces que poco a poco están hallando eco en participantes de años anteriores y que por miedo, por contradicción o por lo que sea se mantuvieron calladas, ese es nuestro más fuerte aval. Se trata de simples acciones de sentido común, Emilio Fuego es el organizador del encuentro por lo tanto la responsabilidad cae sobre él y será él quien tenga que dar explicaciones.

Si la sensación con la que volví a mi tierra fue la de haber estado en medio de la estupidez generalizada, eje fundamental en el que se sostienen estos encuentros, donde el pensamiento positivo, que no es el positivismo racionalista impera, donde sólo hay que hablar de lindas experiencias, donde se confunden atentados políticos con malas vibras del lugar, secuestros con aventuras de juventud, convocatorias fraudulentas con ilusiones, y promoción de la lectura con la magia de leerle poemas a los venados o las estrellas, la gratificación más grande que tengo ahora es poder escuchar a mujeres inteligentes que se animan a hablar, a comentar, a denunciar lo ocurrido en el país de las nubes.

Salgamos de la ingenuidad, asumir que haber participado de un encuentro que fracasó en su objetivo y en las premisas de su convocatoria no se lleva puesto nuestro fracaso. No todo es maravilloso, hay intereses que siempre están en juego, las políticas culturales son necesarias y es viejo en la historia el quedarse con la caja chica, pero cuando la cosa se hace tan evidente como este año, es necesario hablar, denunciar con el único interés de que no se use a la poesía, a las poetas y la buena fe de la gente de las comunidades del pueblo mexicano con fines tan particulares y mezquinos, en cuya lógica no importan ninguno de los actantes en cuestión. Una estafa, en múltiples sentidos, en primer lugar a las personas que de buena fe cedieron sus casa para alojarnos y alimentarnos, a los que abrieron sus aulas para recibirnos, a los que nos permitieron ser partícipes de la fiesta, a las instituciones que patrocinaron y a las mujeres poetas que fuimos invitadas a participar y un fracaso en el objetivo principal del encuentro: el intercambio, el acercamiento, el enriquecimiento intercultural, que al menos, en mi caso no se produjo.

5 comentarios:

Unknown dijo...

¡Dios mío...de dónde sacaron a esta loca!

Me pregunto si es una poeta o se trata de una enferma mental...En verdad todo lo que dice lejos de preocupar me hace reír y sentir lástima. Si eso es ser una poeta yo prefiero seguir en la medicina. Por favor, antes de aceptar a gente así les sugiero pidan a sus invitadas una constancia médica de estar bien de sus facultades mentales.

Le ofrezco a la señora, aunque más bien estoy segura que es señorita, mis servicios para sus transtornos siquicos; y desde ya copio su texto para iniciar su historia clínica. En verdad no creo que alguien tome en serio lo que dice esta persona llamada Gabriela País. A veces hay que ponerle límite al absurdo.

Pobre mujer, su conciencia de la realidad es muy triste. Ya imagino su sentimiento de abandono y desprotección metida en un pueblo de Oaxaca.

¿Mujeres Poetas? Pues ha de haber algunas buenas, pero esta para nada dignifica al gremio.

Atentamente
Delia González Martínez

Unknown dijo...

Mis respetos para los organizadores con este tipo de mujeres que se creen poetas y sólo vienen a nuestro país a hablar mal de nuestra gente y nuestros pueblos indígenas, si la señora Gabriela Pais no sabe de usos y costumbres en nuestra patria que primero se informe, estudie, se cultive y luego venga a darnos clases de ensayos.

Soy Araceli Cacho y me dedico a la docencia, nivel medio superior y no creo que en verdad sirva que una personita como esta venga a nuestro país a darnos cátedra de ensayos aburridos y largos sobre nuestras comunidades.

Atentamente y con respeto para las que en verdad sean poetas. ¿hay alguna en este encuentro?

Peggy Bonilla dijo...

"Mujeres juntas...sólo difuntas..."

No sé cuanto me tarde en terminarla, pero inicié ya la Novela El Círculo de las Sisellas,con tanto material como el de este blog, ni modo de no aprovechar...
Estuve en este maravilloso XV Encuentro y cuando leo cosas como estas, me pregunto de cual evento hablan, porque al que yo fui, es muy diferente. Lo contaré todo, lo prometo.
Mis respetos para Lina Zerón y Emilio Fuego. Criticar es fácil, pero hacer y soportar lo que ellos, no lo es.

Peggy Bonilla

Unknown dijo...

ESTAS NOTICIAS SON PARA LA SEÑORA GABRIELA PAIS, PARA QUE QUE POR FAVOR NOS ESCRIBA UN ENSAYO, MAL REDACTADO Y DE MALA LECHE, COMO EL QUE LEÍMOS AQUÍ SOBRE UN ENCUENTRO QUE NOSOTROS SÍ VALORAMOS. LUPITA Y PEDRO DE LA MIXTECA OAXAQUEÑA REAL, NO LA QUE ELLA DESCRIBE EN SU DENIGRANTE TRATADO SOBRE MÉXICO.

Obrador



Por Felipe Moreno

Un año después de haberse auto nombrado "Presidente legítimo" - en una ridícula asamblea popular - donde la senil Rosario Ibarra de Piedra le impusiera un trapo a manera de "banda presidencial", el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en el peor de los lastres que arrastra y detiene el crecimiento de su partido político. El Partido de la Revolución Democrática, a pesar de ser la segunda fuerza electoral en la Cámara baja, día con día se hunde en las pantanosas aguas de nuestro fangoso sistema político. El retroceso mostrado por el partido del Sol Azteca en los últimos 12 meses habla por si solo, nula ha sido su participación en Baja California, Yucatán, Tamaulipas, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Veracruz, por citar unos cuantos ejemplos.
> En las elecciones ocurridas en Michoacán el pasado domingo, y donde se impuso Leonel Godoy como triunfador en la contienda por la gobernatura, no ganó el PRD de López Obrador y menos el de Leonel Cota Montaño; en Michoacán ganó el perredismo - cardenismo representado por Cuauhtémoc Cárdenas en aquellas tierras. Falso es, de toda falsedad, que entre las tribus y las corrientes que sobreviven al interior del PRD, se haya dado un "acuerdo" para que el tabasqueño no acudiese a esa entidad que continuará gobernada por el cardenismo. De haberse presentado López Obrador por aquellas tierras lo hubiesen abucheado y apedreado. Andrés Manuel López Obrador es persona non grata por tierras purépechas. Más aún, Leonel Godoy por sí mismo existe desde antes del llamado Lópezobradorismo. Nada le debe a él y mucho menos a su corriente política.
> La lectura que nos dejan las pasadas elecciones en Tamaulipas, Tlaxcala y Michoacán es clara; se confirman las tesis manejadas por Juicio Político antes y después de las elecciones presidenciales de 2006. El PRI y sus 17 gobernadores decidieron venderse y jugarla con el candidato del Partido Acción Nacional. Prácticamente puede afirmarse que los 17 gobernadores, más Roberto Madrazo, decidieron acatar las órdenes del imperio, antes de ver publicitados sus negros expedientes en los medios de comunicación que hoy, por cierto, han castrado los partidos políticos con ayuda de sus opositores. ¿Qué raro que ahora gane el PRI en todas las entidades donde se presenta? hasta en aquellas donde sus mandatarios estatales están cubiertos por las más pustulientas pignaturas. ¿O será como se dice, que en Puebla y Oaxaca ganaron los ex gobernadores Manuel Bartlett Díaz, José Murat y Diódoro Carrasco Altamirano, respectivamente? En los tiempos de Roberto Madrazo al frente del PRI nacional se ganaban las elecciones con o por Madrazo, ahora simplemente se ganan sin Beatriz Paredes, a quienes los gobernadores de su partido no hacen caso. Más todavía, el papel de primera amanuense que pretendió adoptar ante Felipe Calderón, se lo ha ganado, y con creces, el sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera desde el Senado. A Manlio le corresponde ahora el papel que siempre ha jugado en la política de México, como mago que es en el trabajo sucio. Bien por ese destacado miembro del salinismo. ... >>>> Más

SENTIMOS NO HABERNOS EXCEDIDO EN ESPACIO, TIEMPO Y ABURRIMIENTO COMO ESTA ARGENTINA DE TANTAS ÍNFULAS...

mujeres poetas dijo...

Sras. Fíjense bien, Pais hace un análisis muy concreto acerca de los que le tocó experimentar. Que ustedes no lo hayan visto no quiere decir que no exista o que esta escritora esté loca. El insulto es el último recurso de gente que no tiene más qué decir; y Pais no está insultando ni difamando a nadie, sólo mostrando esa otra cara del encuentro que no se ve en la publicidad.
Sé que son docentes y por lo que alguna señala, profesionistas, pero evidentemente no leyeron bien: este artículo no está diciendo que el trabajo que se pretende realizar en la mixteca no sea bueno, sino que debe estar bien planeado para que eventos como estos no sucedan y sea aprovechado el aporte que las poetas puedan hacerle a la comunidad. Lo absurdo es que cosas como las que señala sucedan y jamás se den a conocer. Insisto: !Lean bien!